domingo, 7 de agosto de 2011

Prehistoria de Taboexa

Taboexa es una hermosa parroquia del Ayuntamiento de As Neves, provincia de Pontevedra, con vestigios  de una cultura muy antigua, aún no del todo descubierta.
Yo nací en ella, y en ella me crié, en aquellos tiempos de la guerra civil, sufriendo la falta de mi padre, que fuera alistado como soldado, y no volvió más.
Día tras día, con los amigos y vecinos Gonzalo, Sigfrido y Francisco, recorríamos los montes saltando de piedra en piedra, escalando peñascos, recorriendo senderos. Descubríamos muchos de los secretos que ellos encierran. Conocíamos el de Sandomedio, desde nuestro barrio de Millaxendo hasta su cumbre, con los ojos cerrados.
Pero, el que más nos atraía, era el “Monte de Altamira”. Armados de azadas y hoces íbamos a limpiar los helechos y las zarzas de aquellas casas redondas y sus pasadizos. Eran muchas las casas aquellas. Algunas más altas que nosotros.
Descubrimos muchas piedras grabadas, algunas con “caras”, triángulos y cosas así. Como niños que éramos no le dábamos importancia, porque también nosotros, con pequeños picos hacíamos grabaciones en las rocas. No teníamos idea de los petroglifos.


En el año 1945, estando en faena de limpieza, encontramos en una vaguada “un agujero” de un metro más o menos de diámetro. Nos pareció un pozo de agua. Tiramos unas piedras y no sentimos ruido alguno. Intentamos calarlo con cuatro cañas indias, atadas unas en las otras y no encontramos fondo. Las cañas medirían unos 17 metros. Mis vecinos emigraron de jóvenes con sus padres a Buenos Aires. Pasaron muchos años, pero Gonzalo nunca dejó de comunicarse conmigo. Somos de la misma edad. Y si de niños éramos muy amigos, en la actualidad seguimos siéndolo. Saludos desde esta página a todos ellos, sin olvidarme de Hebe.

Hace pocos días, me contesta Gonzalo con este email:

" Querida familia,Alejandro y Rosi: me da mucha alegría saber que conocieron a nuestras hijas, y que tuvieran recuerdos de nuestra infancia, que fué muy activa, como no me voy a recordar del hueco de Altamira que intentamos calar con cañas de la India, esas y tantas otras cosas que recuerdan nuestra niñez, pasa el tiempo y las tenemos más presentes. Las hijas nos hablaron de lo bien que la pasaron con ustedes, y también que no pudieron ver a Manolito, si lo ves hazle presente nuestro cariño y recuerdo. Ya nos volveremos a escribir para de esa manera estar un poco más cerca. Les mando el mejor de nuestro recuerdo y que siempre los tenemos presentes Gonzalo.-"

Al contarlo en casa, nos prohibieron terminantemente poner los pies en aquel monte.
Algunos vecinos, al enterarse, se reían. Ya ellos hicieran lo mismo. Lo que me extrañó fue que no taparan el agujero. Alguien de nosotros pudo caer dentro.
Estuve muchos años ausente de la parroquia por causa de mis estudios y ejercer mi carrera, pero me iba enterando de lo que sucedía en el monte por mi amigo, entonces el alcalde del ayuntamiento de As Neves, Antonio Soto Campos.
De todos es sabido que, desde la tercera década del siglo pasado, hubo varios intentos de investigación, unos controlados por eminentes arqueólogos, otros no tanto.
En el año 1929 Sebastián González García Paz, profesor de la Universidad de Santiago de Compostela, invitó a Cayetano de Mergelina, catedrático de la Universidad de Valladolid, a investigar el Monte de Altamira. Cayetano de Argelina estaba entonces dirigiendo las obras de restauración del Castro de Santa Tecla, en La Guardia. Encontraron varias monedas, clavos, cuchillos de hierro, fíbulas o broches, “lucernas” o candiles de bronce, molinos de mano, piezas de telares, cerámicas y restos de un peine de cobre. (Filgueira Valverde,1930).
Aunque, según mi amigoXoan Martínez Tamuxe, historiador, arqueólogo e investigador, (recogido de la Geografía General del Reino de Galicia, tomo de Pontevedra, de Gerardo Álvarez Limeses), fue D. JUAN ALVAREZ GONZÁLEZ, maestro nacional de varias parroquias, entre ellas Taboexa, y alcalde de As Neves (1924-1928), quien descubrió tales piezas en nuestro Monte de Altamira, (ver Soberosum, Revista de Estudios nº 3 - Museo Municipal de Ponteareas. Y fue el mismo D. Juan, quien invitó a los catedráticos citados a inspeccionar el Castro con la intención de lograr algo análogo a lo que se estaba realizando, entonces, en Santa Tecla de A Guarda. Pero tan sólo consiguió que analizaran tales hallazgos arqueológicos y se los llevaran al Museo de Pontevedra.
 En el año1953 Filgueira Valverde y Alfredo García Alén hacen excavaciones y encuentran:: monedas, una argolla de bronce, una figura de vaca, una cabeza de perro y otra de cerdo, cerámicas y una pequeña ánfora con cenizas blancas...
Del 5 al 22 de septiembre de 1973 García Alén dirige una excavación, hecha por un grupo de chicos andaluces, de una manera incontrolada. No encontraron nada. Lo único que hicieron fue deshacer todas aquellas casas, que tanto contemplaba yo en mi niñez. García Alén descubrió en la “croa” unos grabados rupestres, que él interpreta en forma de zig-zag.
En el año 1974 fueron depositados en el museo de Pontevedra diversos materiales encontrados por particulares. Estos son llamados en los relatos oficiales…”expoliadores”.
La última excavación se hace en el año 1976 y fue dirigida por García Alén y Acuña. Aparecieron: Fíbulas en omega, agujas de fíbula, anillos, monedas, pequeños lingotes de plomo y un molino de mano.
Cabe resaltar aquí la figura más destacada de los hallazgos en este monte de Altamira, MANUEL RODRIGUEZ ALONSO, natural de Taboexa y vecino de Ponteareas, hoy gerente de la Casa Rural de esta parroquia. Cooperó en la creación del actual museo de Ponteareas. Con sus ayudantes José Merino Rodríguez y Manuel Domínguez Rodríguez, participó en las excavaciones de Alfredo García Alén. Mientras éste excavaba con su grupo en las casas de la ladera Este, Manuel con sus ayudantes, lo hacía en la parte Oeste, encontrando allí la mayor parte de las piezas que lucen en la vitrinas de los museos de Pontevedra y Ponteareas. Son de destacar: la mitad de un molde de fundición, bronces, monedas, árulas, togados, asas, brazos, buey, pedestal, “lucernas”, argollas y un MERCURIO de bronce.
Una réplica de este Mercurio, aumentada en piedra, se expone en un pedestal en el centro de la rotonda de la Carrasqueira, gesto muy significativo de la Diputación de Pontevedra, que la parroquia de Taboexa sabe agradecer.

Réplica en piedra del Mercurio de Bronce
 Tiene en su poder Manuel una gran cantidad de documentación referente a este tema: recibos y actas de entrega de todos los hallazgos que entregó en dichos museos, cartas de agradecimiento del presidente de la Diputación de Pontevedra José Luis Peláez Casalderrey. comunicación del alcalde de Ponteareas y comisión del gobierno en pleno, agradeciéndole el gesto de depositar en el museo las piezas encontradas en el Monte de Altamira. Firmado/José Castro Álvarez.
Sin embargo, estas alabanzas solamente tienen carácter particular y personal, y Manuel no consta en la documentación oficial que relata la historia de dichos hallazgos. Y por si eso fuera poco lo acusan de expoliador desde las altas esferas de la sección de Historia de la Universidad de Santiago. Véase, “Prehistoria de Taboexa” de Purificación Rodríguez García. Está claro que la escritora no tiene la culpa; solamente copia la documentación escrita, y en ella no se nombra a Manuel. Las grandes eminencias de arqueología de aquella época, tenían miedo perder protagonismo si lo incluían.

Para refrescar ideas fui a ver el Monte de Altamira. Escalando entre helechos y zarzas, pinos y eucaliptos y una gran cantidad de madera caída y mucha maleza llegué a la “croa” del monte. Da pena ver en ella acantilados tan profundos, obra de canteros de todos los tiempos. Dinamitaron gran parte de la roca en donde estaría grabada toda la historia del poblado. Menos mal que quedaron algunos petroglifos, reliquias de aquellos que se perdieron para siempre. Uno de ellos está quebrado con la parte cortada al fondo ocultando su grabado. El cantero debió de arrepentirse y dejo así las cosas.
Pero aquellos petroglifos que yo viera de niño, por la ladera del Este, algunos con “faces” y triángulos grabados, ya no existen. Fueron deshechos por los canteros de la década de los años 50. A pesar de todo una cosa buena hicieron: tapar el agujero que yo viera de niño con unas piedras. Enseguida dí con él y me vino a la memoria aquel día en que mis amigos y yo, niños de doce años, intentamos calar su profundidad.
Pues esta es la prueba de que en este monte hay cavernas. Este agujero profundo, es como una chimenea de ventilación de la caverna Norte. Tiene que haber otro que ventilaba la caverna Sur. Uno de los petroglifos de la “croa” tiene un gráfico de estas cavernas en forma de libro abierto, además de triángulos apuntando los montes sagrados del contorno y cuadrados representando la existencia de otros poblados. Las entradas de las cavernas están por el lado Oeste. El foso o camino de circunvalación lleva hacia ellas; si la excavación que se hizo, organizada por Alén, fuera hecha cuatro metros más abajo, seguro que las encontraría.
Cuenta Manuel, que estando excavando con sus ayudantes, oyeron un ruido de una piedra, que al desprenderse, iba dando saltos, haciendo eco al caer...  seguro que en la caverna.


Al haber cavernas, la vida del hombre en Taboexa, puede remontarse al Paleolítico a unos 33.000-9.000 años A.C.
Por los años 1730 fue construida la capilla de San Bartolomé. Es posible que destruyeran la mámoa allí existente, por ser el sitio más apto para los actos fúnebres.
Lo que tenemos seguro es que entre los años 2.800 al 2.300 a.C. Taboexa estaba poblada por tribus pre celtas, seguramente los oestrimnios, gente pacífica, poco guerrera.
Los habitantes de las cavernas no tuvieron más remedio que aceptarlos. Ser muchos y pacíficos facilitó la unión.


Mi nieta Irene

Mi esposa Rosita
Esto debió darse en el Neolítico, cuando el hombre empezaba a salir de las cavernas. Existe la posibilidad de que los oestrimnios ampliasen dichas cuevas e hicieran las tales chimeneas de ventilación; al ser tantos, era, de momento, el único sitio que tenían para refugiarse. Tardarían pocos siglos en salir de las cavernas y hacer poblados.
Florentino López Cuevillas, en su obra “La civilización céltica en Galicia” cita unas quince tribus preceltas, con nombres distintos, y entre ellas los oestrimnios, que fueron los que establecieron su residencia en el norte de Portugal y en la actual Galicia introduciendo la cultura de las urnas de Ulenden, que dió paso más tarde a la cultura castreña. Estaban relacionados con los Ligures y eran comunes a países bretones, ingleses e irlandeses.
Hallazgos de cerámicas, confirman que vivieron en el Monte de Altamira, más tarde transformado en Castro.
Formaban una sociedad matriarcal, con una aristocracia militar y religiosa de tipo feudal. Las figuras de máxima autoridad eran el caudillo y el druida. El caudillo, con autoridad de tipo militar, era quien defendía con sus guerreros su castro o clan. El druida era médico y religioso y podía ser común a varios castros; se reunían en concilios con druidas de otras áreas y transmitían los conocimientos y eventos más importantes.

De ser una comunidad nómada, basada en el sistema de caza y recolección de frutos silvestres, pasó a explotar la agricultura, de una manera rudimentaria y a criar animales como ovejas, vacas, cerdos, gallinas. Domesticaban caballos, eran grandes jinetes. De esta manera se convierten en una sociedad más estable.
En muchos lugares de Galicia había asentamientos de estas tribus.
Desde el 2.300 a.C. fue pasando el tiempo y creció el poblado en Taboexa. Acordaron entonces consagrar el monte más alto, (hoy llamado Sandomedio) a su diosa Cal-Leach,la diosa de la fecundidad y de la muerte, la madre Tierra. Era ella la que los traía a este mundo, los alimentaba con sus frutos y les regalaba una gama de colores silvestres y diversidad de flores, como juguetes, para hacerlos felices; Les daba la potencia de proliferar y a la hora de la muerte los recogía en su seno de Madre hasta hacerlos suyos para siempre.Los hijos de esta diosa, eran llamados “Cal-lei-cus”.
Conocían el calendario romano, pero usaban el calendario lunar. Tenían idea de los Solsticios y Equinoccios y en el mes lunar se fijaban en las calendas, nonas e idus. Las calendas era el primer día de cada mes, las nonas el día 5, menos en Marzo, Mayo, Julio y Octubre que era el día 7. Y los idus, el 13, menos en los meses antes citados que era el día 15.

Ara de la diosa Cal-Leach en la cimentación de esta capilla de San Mamed-Sandomedio


Pues en las nonas de agosto, es decir, el día 5, acordaron subir al monte para hacer el primer sacrificio a la diosa. Los druidas de los poblados, los caudillos, hombres y adolescentes, suben al “coto” portando terneros, corderos, cabritos, gallos y demás animales. Donde hoy está la capilla había una gran piedra llana, aún hoy podemos verla alrededor de la misma. Los druidas hicieron libaciones con aceite sobre ella para consagrarla y comenzó el primer sacrificio de los animales, ofrendado a la diosa.

A las pocas horas había pieles encima de los tojos, secando al sol, hombres descuartizando las carnes, unos haciendo sombras con ramas de árboles, otros transportando leña para hacer hogueras, que tenían dos finalidades, asar las carnes y defenderse de las fieras. En las noches del 5 y 6, las mujeres, niños y ancianos, miraban hacia el monte resplandeciente por las hogueras que ardían. En la mañana del día 7, suben temprano para participar en el ágape. Cerca de la cumbre, escogen un lugar para descansar; esos sitios de descanso aún hoy se llaman “pousadouros”. Bajan los hombres para ayudar, se abrazan y celebran con alegría tal evento. Tenia lugar el primer “encontro”. Arriba, ya en la cumbre, se repiten otros "encontros" con parientes de distintos poblados, que subían por otros caminos. Estos “encontros” perduran hasta el día de hoy, aunque realizados de otra manera.
Celebraron el primer ágape, comiendo aquel churrasco y bebiendo aquel buen vino que ellos elaboraban. Bajaron del monte a media tarde, en atención a los ancianos y niños y prolongaron la fiesta en los poblados, cantando y bailando.
A partir de esta fecha, mirando hacia el monte, reconocían en él a la diosa Cal. Y alrededor de ella se fueron formando poblados, al Este la Cernada, al Norte los Batalláns, Huma, Vilacoba, al Sur los Ribartemes, y al Oeste estaba Taboexa que se extendía desde el rio Huma hasta el Miño. Todos ellos acobijados por la diosa Cal-Leach.
Pasaron décadas y siglos, y los poblados se iban multiplicando.
Tenían estas tribus una sorprendente habilidad arquitectónica, organización en grupo, capacidad de abstracción y transcendencia, y un profundo sentido religioso.


Símbolo de la pubertad
Piedra ritual

Practicaban un rito, digno de ser destacado. En la "croa" del Monte de Altamira hay un petroglifo con una excavación en forma de cuenco , llamada "coviña". en la que se recogía la lluvia de todo el año, enviada por los dioses. Con ella los druidas rociaban, "asperxían", a los púberes del poblado en el Equinoccio de Primavera, 21 de Marzo, como si fuera un bautismo. Mediante este rito, los muchachos pasaban al mundo de los adultos con todas las responsabilidades y obligaciones que esto conlleva. Se celebraba una gran fiesta para conmemorarlo. Al lado de la citada "coviña" otro petroglifo muestra una "facie" de joven rodeada por 15 "coviñas" de menor a mayor tamaño, símbolo de la pubetad y del rito. En esta piedra ritual "asperxían los druidas a lospúberes.

Símbolo de la pubertad no Mouro
Piedra ritual no Mouro
En el petroglifo de los triángulos hay uno que apunta al "Lugar do Mouro" y es curioso que en una "laxe" del camino que lleva a este sitio hay grabado otro triángulo indicando el Monte de Altamira. Y, al lado, dos petroglifos muy expresivos. Uno, parecido a una "lagareta", con un surco alrededor que da a una "coviña, más profunda y de mayor tamaño que la de Altamira. Y, el otro, con dos penes, uno más erecto hacia el poniente y el otro no tanto, en dirección al naciente, y en medio de los dos una pequeña "coviña"; un simbolismo muy bien logrado de la pubertad y del rito. Son éstas, piedras rituales, como las de Altamira.
Estanislao Fernández de la Cigoña, un gran escritor por cierto, -llevo muchos años leyendo sus crónicas-, no logró descifrar el verdadero significado de estas grabaciones. A la piedra de la "coviña" le llama "lagareta do aceite" y a la de los penes, lugar al que acudían mujeres estériles para frotar en ellos sus partes implorando fecundación. Desde aquí, saludo y pido disculpas a Estanislao.
Los petroglifos "do Mouro" muestran claramente que allí hubo un gran poblado celta. Escogieron ese lugar por tener grandes manantiales de agua, "manantes da Rubial"además de ser un sitio apacible y abrigado.Después de la dominación árabe, quizá alguno de ellos quedó viviendo allí con su familia, por eso se llama "O lugar do Mouro", así como "O Barrio da Moreira"  por haber sido un asentamiento árabe.

Mi amigo Carlos Cortés

Serpiente petroglifo Cabreira
Otro poblado celta en los "manantes da Adreira". Hay grabaciones rupestres que lo demustran. Pena que los canteros deshicieran el resto.
Y no digamos en los manantiales "da Cabreira. Un gran asentamiento celta tuvo que existir en ese lugar por los petroglifos, que allí se encuentran. En especial el de las serpientes, su propio simbolismo o emblema. Los celtas eran  llamados "saefes" o "sefes" que significa serpientes. Este petrogifo debería estar vallado y protegido por Patrimonio. Da pena, que por culpa del "nematodo", "plaga dos piñeiros", las máquinas pasaran por encima y le sacaran bocados.
En el barrio de Gurbelas también hubo un asentamiento celta..
Vivían en las laderas de los montes para vigilar la posible llegada de gente enemiga y defenderse con más facilidad. En los cuatro siglos de dominación romana, al hacer éstos caminos empedrados y construir villas al lado, empezaron los celtas a bajar de los montes.

Más serpientes en el petroglifo de la Cabreira

Los Oestrimnios o preceltas eran "gente infatigable. Lo suyo era evolucionar.
Empezaron a hacer caminos y senderos por todas partes. En las encrucijadas, levantaban una columna que remataba con doble o triple “face”. El druida hacia libaciones en ella en las calendas de noviembre, el día primero,por si alguna “ánima” estaba perdida, pudiera encontrar el “Alén”.
Del megalitismo, no quedan vestigios en Taboexa; si alguno hubo, fue destruido en los tiempos de la cristianización.
El nombre de la diosa Cal-Leach es el étimo de calaicos-galaigos-galegos-Galicia; y también de porto-cale Portugal.
Por los años 1.500 a.C tienen los oestrimnios una gran sorpresa.. Llegan a Galicia y por tanto a Taboexa, los celtas de Hall-Statt. Los hallazgos en el castro de Altamira son pruebas de que habitaron en él.
Encontraron el noroeste peninsular bastante poblado, pero se adaptaron bastante bien, posiblemente por su carácter afín indoeuropeo.
Los oestrimnios, conservaron su destacada personalidad lingüística y cultural, pero al final supieron intercambiar aspectos culturales con la civilización céltica. Entre ellos se produjo un verdadero trueque de costumbres y conocimientos.
Por si fuera poco, en esta época se producen otros incrementos de la población, debido a desplazamientos desde la meseta buscando en el noroeste un clima menos caluroso.
Aquí, nace una cultura, que los celtas llamaban “düin o don” y los romanos “castros”.
Pasaron unos siglos y ya no había diferencia entre los oestrimnios y los celtas. Se emparentaron unos con los otros y las costumbres religiosas no se alteraron. En la ganadería y agricultura, hicieron progresos.
Eso sí, todos los años subían juntos al monte a ofrecer el sacrificio a la diosa Cal en el día 5 y a participar en el ágape el día 7 de Agosto. Esta costumbre perduró hasta la fecha.
Os prometo seguir escribiendo sobre este tema. La próxima página se titulará "Los Romanos en Taboexa".